¿Alguna vez has sentido que están abusando de tu confianza?  Crees que alguno de tus compañeros de trabajo hacen cosas que no deberían de estar haciendo?  Crees que se acreditan comportamientos que no les corresponde?

El establecer límites  ya sea límites en los niños, en  adultos o en cualquier relación es sumamente importante para que  estés rodeado de relaciones armoniosas y no de relaciones tóxicas.

Para poner límites en el trabajo  y evitar conflictos por malos entendidos tanto a nivel laboral como a nivel personal es esencial que haya claridad:  Qué SÍ se puede hacer  y qué NO se puede hacer.

A nivel personal es muy importante que sepas poner límites en todos los ámbitos de tu vida para tener una vida armoniosa y no sentirte invadido, abusado o sobrecargado, ya sea en el trabajo, con tu pareja, con tus familiares incluyendo padres e hijos.  

¿A qué me refiero?

 Cuando te sientes sobrecargado de responsabilidades es conveniente que revises si estás poniendo límites  ya que existen muchas personas manipuladoras y conflictivas que cuando eres una persona complaciente te “tiran” la responsabilidad y para no decepcionarlos aceptas la tarea o carga.  Es importante saber decir que no pero de eso hablaremos en otro artículo ¿Por qué nos cuesta decir que no?

¿Cómo poner límites?

El aprender a poner límites se hace más fácil cuando entendemos qué hacen, cómo funcionan y por qué es tan importante implementarlos   para no tener gente metiche e invasiva , para hacerse respetar, para tener mejores relaciones interpersonales. El poner límites nos permite sanamente interactuar  con gente manipuladora o gente tóxica y alejarnos de los chantajes emocionales que tanto nos lastiman.

Psicología de Cómo funcionan los límites

Cuando los límites no son claros es como si saliéramos de paseo a un bosque y tuviésemos que atravesarlo para llegar del punto de entrada  A al punto de salida B en la oscuridad y sin el camino trazado. Imaginemos que tenemos que ir de Perú a Brasil atravesando el amazonas. No hay camino indicado dentro del bosque, y simplemente tenemos que empezar a caminar.

¿Cómo te sientes?  ¿Con miedo? Ansioso?  ¿No quieres ir? ¿Temeroso  con qué te vas a encontrar?

Eso es lo que generalmente sentimos cuando no tenemos los caminos (límites) marcados en nuestra conducta.  No sabemos qué está bien, y qué está mal, cuál es el camino correcto.

Entonces, si ponemos cuerdas en el sendero y podemos sostenernos con la mano izquierda y con la derecha para guiarnos por la ruta  correcta , hay rótulos que nos dicen con qué nos podemos encontrar en el próximo trazo, ¿Te sentirías más seguro? ¿Caminarías con más asertividad y te atreverías incluso a acelerar el paso?

Los límites nos dan seguridad, nos marcan la pauta, nos dan la confianza de que estamos actuando bien,  nos sentimos más aceptados y valorados pues actuamos con firmeza. Sabemos qué y qué no.

Una vez que conocemos el camino, podemos ampliar la distancia entre las cuerdas y  sostenernos solo de una cuerda , y eventualmente podremos caminar sin sostenernos, siempre viendo las cuerdas  en el camino.

Las cuerdas son los límites que establecemos cuando hablamos asertivamente, diciendo lo que realmente queremos decir y estableciendo claramente lo que SÍ permito (sí me gusta y acepto )  y lo que NO permito.

Empieza desde ya a establecer tus límites y Dale Vuelta a tu Vida.