¡Ay Dios!…
El otro día me contaron que todos nos vamos a morir… ¡Ay qué susto! ¡Miedo a la muerte!
Estamos programados para la sobrevivencia, para luchar por estar vivos. Eso siempre ocurre en el tiempo presente. Si tiembla, buscamos un lugar para estar protegidos; si nos encontramos una serpiente, lo más normal es salir corriendo. En fin, si el peligro es AHORA, nuestro cerebro activa la amígdala para reaccionar.
Pero, la situación es muy diferente si pensamos en el peligro de morirnos en el tiempo futuro.
Por ejemplo, no me monto en un avión porque se puede estrellar y me da miedo morirme, o no voy a un paseo porque me puedo accidentar.
El miedo a morirme a futuro crea ansiedad, paraliza. Dejamos de hacer muchas actividades que, si permitimos que ese miedo a la muerte en el futuro nos domine, nos morimos en vida en el presente. Todos nos vamos a morir. Es un hecho indiscutible. Entonces, ¿Cómo lo manejamos? Cómo lo superamos?
Mi papá dice «El único requisito que se necesita para morirse, es estar vivo». No importa el status social, ni la edad, ni en dónde estoy, ni qué hago. El estar vivo es un riesgo per-se porque te podes morir. Mi mamá agrega «Y… nadie se muere en la víspera».
En una entrevista Brené Brown le pregunta Ophra luego de haber llegado al éxito que tiene
– ¿Qué es lo que más aprecia en este momento?
Su respuesta fue contundente:
– «El TIEMPO, ya sé que me queda menos tiempo por vivir que el que ya viví, y aprovecho cada momento que respiro».
La verdad es, que nadie sabe cuánto tiempo le queda. Damos por obvio que el próximo respiro va a estar ahí. Pero no sabemos cuanto tiempo nos queda.
Creo que haríamos lo que de verdad es importante para cada uno. Empezamos a priorizar y dejar las cosas superfluas de lado. Pensaría a quién abrazo, diría lo que quiero decir, estaría con quien quiero estar, haría lo que quiero hacer. Me aseguraría que no quede en la lista nada pendiente por vivir.
Pilar Sordo le llama a esto CONCIENCIA DE MUERTE. Según muestran los estudios, las personas que viven con conciencia de muerte y saben que son finitas porque se van a morir, viven mucho mejor, mucho más felices y aprovechan cada momento.
A mí me gusta pensar en la vida como si fuera una fiesta que se termina. Entonces, pregunto:
¿Qué es lo que más te gusta de la fiesta?
Podemos estar en familia, con amigos, comiendo bien, bailando, disfrutando de cada momento o aburriéndonos, emborrachándonos, desperdiciando las oportunidades. Sin juzgar, cada uno escoge la manera que quiere estar en la fiesta. Siempre hay opción. Así también es la vida. Podemos llegar al final y ver para atrás y sentir que viví una vida plena, o puedo mirar atrás y arrepentirme de lo que quise hacer y no hice.
Les cuento un secreto. Una persona puede morir de muchas maneras: En la casa, resbalarse en el piso, en el baño o durmiendo. Nadie se muere en la víspera. No importa a dónde estés, cuando sea tu hora, la muerte te va a encontrar. Entonces…
A vivir la vida plenamente. La vida es una y es tuya.
Recuerda, Es tiempo de reinventarse. Dale Vuelta a la muerte y disfruta la fiesta.
Excelente
Me alegro que te haya gustado y dado una nueva e interesante perspectiva