¿Alguna vez te has puesto a pensar qué significa tu nombre? ¿Te has puesto a pensar cómo ha influído tu nombre en tu vida? ¿Qué sentís cuando escuchás tu nombre?
El nombres es tremendamente poderoso en nuestra identidad, quién soy, a dónde pertenezco, qué legado recibí, e incluso en cómo me comporto socialmente. De hecho es conocido que cuando nos llaman por el apellido solamente, nos desacreditan como individuos y nos incluyen en un grupo más amplio de personas. Nos disminuye nuestra identidad individual. Por ejemplo, si te llamás Ricardo Rodriguez en vez que se dirijan a vos como Ricardo, te llaman Rodríguez. Rodríguez es mucho más genérico y menos personal.
Cada vez que escuchamos nuestro nombre, la atención se despierta de forma automática y el corazón palpita. Cuando un profesor en medio de una lección menciona tu nombre, instantáneamene llama tu atención y levantás la vista. Al escuchar mi nombre, percibo que me ha visto, y recibo una sensación de importancia, de presencia, un mensaje tácito que existo. ¿Cómo te sentís cuando escuchás tu nombre?¿Cómo te sentís cuando decís tu nombre al presentarte? Yo muchas veces cuando me preguntan cómo me llamo digo Beatriz la Emperatriz. Y así es como me recuerdan- con esa asociación. Me gusta!
Mis padres me pusieron el nombre de Beatriz Dory luego que una tía rechazara el nombre de Brenda que mi mamá había escogido. ¿Sería yo distinta con el nombre Brenda? Con certeza puedo decir que sí.
Beatriz significa «la que trae felicidad». Dory significa «dorada». Brenda significa «Fuerte como una espada».
Sólo con el significado del nombre, inconscientemente me están reforzando características de mi personalidad. Es sabido que nosotros actuamos y asumimos el papel de nuestro nombre, y más aún el de nuestro apodo. Nuestra mente se alinea con el mensaje y actúa de acuerdo a su sensación. Por ejemplo, «Taliban», «es un terremoto», «gorda», «Flaca» aunque nos lo digan de cariño los nombres-apodos pasan a ser parte integral de nuestra vida, de nuestra identidad.
MI EJEMPLO PERSONAL
Así como me he reinventado muchas veces, así me ha ido cambiando el nombre. De chiquita me llamaban Batty- que es el corto de Batidora- pues me cantaban la canción que dice «yo tengo una hermanita que se llama Dora, y todos la conocen como Batidora». Y como batidora, era muy inquieta, me movía mucho, siempre andaba dando vueltas». Batty se convirtió en Batichica, la compañera de Batman y resulté osada y defensora de la «justicia».
De Batty a Chachalaca Loca, apodo que recibí en el colegio porque cuando e emocionaba o enojaba, el timbre de mi voz se agudizaba como una pajarita chachalaca. Siempre feliz y alegre.
Luego pasé a Batya, nombre que adopté cuando estaba en la Universidad en Israel. Batya significa «Hija de Dios». Me encantaba ese nombre, bendecida, en Tierra Santa, protegida y hasta me hacía sentir segura.
De vuelta a Costa Rica volví al Beatriz acompañado de Doña Beatriz- Empresaria, seria, responsable, en modo «negocio» trayendo felicidad a otros ayudándolos a sentirse seguros.
HOY DIA
En este nuevo emprendimiento de Reinvéntate con Beatriz, volví al original de Beatriz y esta vez acompañado de mi apellido Bron. Este original Beatriz ha ido tomando nuevos matices según como la gente me llama, y me ha ido creando una nueva identidad. Algunos me llaman BRON- enfatizando la fortaleza onomatopéyica del corto sonido Bron, acentuando inconscientemente mi herencia, mi procedencia, mi cercanía y parecido con mi papá. Otros me llaman BE, BEE resaltando la poderosa palabra SER (BE en inglés) o BEE – abeja trabajadora proveedora de miel (dulzura, felicidad) o BEA (siglas de Before Everyone Always) refiriéndose a que hoy día efectivamente soy mi prioridad, mi ser, mi autoestima va primero, a lo que llamo «El poder lo tengo Yo».
Como ven, de forma efectiva los nombres reflejan mi identidad a través de as épocas, en donde mi forma de ser se va alineando en el rol que el nombre le va asignando.
PERSONAS QUE SE CAMBIAN EL NOMBRE VOLUNTARIAMENTE
Es interesante ponerle atención a la gente que intencionalmente y en forma consciente se cambia el nombre para transformar su identidad y proyectarse diferente, efecto que la mayoría lo logra. Lo vemos claramente en artistas en donde buscan un nombre más comercial, más pegajoso, y más «sexy» en donde incorporan la nueva identidad. Por ejemplo Woody Allen– Allan Stewart Konigsberg, Pelé – Edson Arantes do Nascimento, Demi Moore– Demetria Gene Guynes, Nicolas Cage – Nicolas Kim Coppola, Natalie Portman – Neta-Lee Hershlag. Poniéndolo más sencillo Debora o Debbie, William o Guillermo, Bernardo o Bernie.
¿QUE PASA CUANDO ES UN APODO IMPUESTO?
A veces aceptamos apodos que incluso no nos gustan y creemos que no tenemos opción de rechazarlos. Apodos crueles como «Culito» «Cuatro Ojos» «la Renca» «Gorda» «Flaca» «Cristalito» «Terremoto», «Grandote», etc. El daño que causamos etiquetando se transmite no solo para los que los rodean, sino aún más profundo para el que lleva el apodo que, inconscientemente asume el rol y se va a comportar la mayoría de las veces de acuerdo a la etiqueta impuesta. Muchas veces apodamos como broma, con buena intención, como si fuera de cariño, pero las consecuencias pueden ser dolorosas y hasta nefastas.
Es un llamado a la Reflexión. ¿Te gusta cómo te llaman? ¿Cómo te sentís cuando escuchás tu nombre o tu apodo?
Si no te gusta como te sentís, sabés que podes rechazarlo , simplemente corregiendo y repitiendo el nombre como te gusta que te llamen.
LLAMADA A LA ACCIÓN
¿Te gustaría saber cómo te describís a vos mismo? Te invito a formar un ANAGRAMA con tu nombre y si querés con apellido también. De forma rápido y sin pensar, anota las palabras que te vienen a la mente sin juzgarlas, aunque creas que no tienen sentido. Luego analiza el resultado y reflexiona si es así como te ves.
Este es el resultado de mi ejercicio.
B– Bendecida E– Entusiasta A– Amable T– Trabajadora R– Risueña I– Inteligente Z– Zapatera (jaja mis papás tenían zapatería) B– Bondadosa R– Responsable O-Optimista N– Natural S.- Saludable
Efectivamente. Me siento como Beatriz la Emperatriz!. He trabajado mucho en mi auto estima. Te deseo que logres este estado de autoaceptación. Se vive feliz, más en paz.
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