Creemos que las soluciones a los problemas generalmente son complicados.  Incluso nos expresamos con frases “Qué cansado” , “Qué complicado” y sin darnos cuenta nosotros mismos estamos haciendo las circunstancias más difíciles de lo que realmente son.

Una amiga colega recibió una llamada de teléfono mientras tomábamos café en una hermosa  cafetería. Era su papá que le solicitaba la ayuda en un trámite bancario que requería que ella personalmente se presentara en la sucursal.  Su respuesta fue… ahora estoy compartiendo con una colega luego tengo que recoger a mis hijas, luego tengo que ir al supermercado- Ay papá qué complicado.  Vos siempre avisándome a último momento un viernes en la tarde. 

¿Suena complicado, verdad?  Pero la respuesta pudo haber sido: No papá ahora no puedo.  O bien, Ok voy a ver como me acomodo.

¿Hubiera sido más sencillo verdad?

Lo cierto es que en vez de parar, pensar y decidir, incorporamos una gran cantidad de emociones del pasado, frustraciones, resentimientos que agravamos la situación aún más.  A mí también me pasa . Pero es importante ser consciente y empezar a controlar los pensamientos porque ellos son los únicos responsables de cómo nos sentimos ante las circunstancias y en consecuencia cómo actuamos.

Pausemos antes de accionar, respiremos, contemos hasta 10 y pongamos de lado toda esa molestia mental que nos contamina y crea esos  pensamientos negativos que tanto estress nos generan.  

Una técnica para controlar tus emociones y mantener las circunstancias simples es  usar la estrategia de reducir el pensamiento a una frase o a una pregunta. Evite el «es que…»  o » sí, pero…» porque estas son excusas. 

Respire, revise cada párrafo que se dice hasta que lo pueda reducir a una frase o una pregunta. Y luego pregúntese:

*¿Qué voy a hacer con esto?  

*¿Cuáles son las posibilidades? 

*¿Cuál es el próximo paso?

Contame en los comentarios cómo te fue con esta técnica para controlar las emociones. Cuando nos contás tus experiencias, nos enriquecemos todos.