¿Te has visto en situaciones que querés decir que no pero por miedo a que se enojen, hacés cosas que realmente no querés hacer? O bien, sacrificás tu bienestar para complacer a otra persona?  

El complacer a otro constantemente para que se sienta bien o para que no se enoje, significa que esa persona tiene prioridad sobre nosotros. 

Fred Kofman nos dice en su libro «Negocios Conscientes» que cuando decimos que Sí cuando realmente queremos decir que no, tenemos que estar conscientes de que  comprometemos nuestros recursos (Tiempo y esfuerzo) y dejamos de hacer otras cosas que queríamos hacer. Por ejemplo, si invertimos nuestro tiempo en un proyecto de un compañero de trabajo al que le dijimos que sí , es ese tiempo del que no vamos a disponer para dedicarlo a nuestras tareas.  Al tener consciencia que al decir que sí, hay otras cosas a las que les estamos diciendo que no, nos facilita pensar cuál es la prioridad y podemos dar la respuesta apropiada para sentirnos completos y no sentir resentimiento, enojo o arrepentimiento.    

Muchas veces les damos el poder a los otros por el miedo a decir que no, creyendo así que los estamos complaciendo.  En realidad ese miedo es nuestro : miedo a que se vaya, miedo a ser rechazado, miedo a ofender, miedo a que nos deje, miedo a que no nos quieran.

Cuando entendemos que complacer a los otros es un problema propio, un  miedo nuestro a que nos abandonen y quedarnos solos, podemos empezar a sanar esa herida profunda que se llama autoestima y aprender a cómo decir NO sin sentirse culpable, sin resentimiento, aprender a cómo decir que NO sin ofender, con asertividad y confianza. 

 Una vez que nos aceptamos y nos valoramos a nosotros mismos y empezamos a querernos y a entender que cuando nos convertimos en nuestro mejor amigo  nunca estamos solos, estoy conmigo. Cuando soy prioridad para mí y me convierto en el propietario de mi tiempo y esfuerzo, me protejo, y me respeto.  No es ser egoísta. Es cuidarme, es administrar mi tiempo mucho mejor. Por consecuencia, el cómo decir que no sutilmente , en calma y en forma respetuosa  me permite reducir el estress, el resentimiento además del agotamiento.  

Hay muchas situaciones en que cedemos esa prioridad y nos quejamos que no nos gusta lo que sucede.  A veces lo hacemos por comodidad, otras por no asumir responsabilidad, otras por que es más fácil culpar a los demás, y muchas veces por buscar aprobación.  
Cuando aprendemos que el no poder  decir NO es simplemente un miedo lo superamos, recuperamos ese poder  que naturalmente tenemos.  

Esto es empoderarse.  Confiar en uno mismo y saber que si no quiero o no puedo, sé decir NO.   

No es No. Una frase completa y digna  que nos empodera.